Este es otro hermoso día para reflexionar en la Palabra de Dios y meditar sobre la Palabra de Dios y en meditar en su Palabra. Vayamos a un tema que nos ayude a meditar durante el día.
Tomemos el tema sobre las cosas pequeñas y que éste sea nuestra meditación para hoy.
Sabes que a veces, como seres humanos, nos sentimos muy pequeños; nos sentimos muy insignificantes; nos sentimos muy inadecuados; y a veces sentimos que todos los demás pueden hacer más de lo que nosotros podemos, y que son más importantes que nosotros, por lo que con frecuencia despreciamos el día de las cosas pequeñas, el día de las pequeñeces.
Dios nos ha dicho en Su Palabra que no despreciemos el día de las pequeñeces, porque las pequeñas cosas en la mano de Dios pueden volverse poderosas y maravillosas cuando el Espíritu de la Vida y el Aliento y la Gloria de Dios están en una cosa pequeña. Dios puede hacer cosas fantásticas con cosas pequeñas. De hecho, a veces Dios no puede usarnos porque somos demasiado grandes, no somos lo suficientemente pequeños.
Dios solo puede usar, a veces, cosas pequeñas. De hecho, aún el mundo científico; han demostrado que todas las cosas se crean a partir de la pequeña cosa llamada átomo, la cosa invisible llamada átomo. Qué pequeño es. No puedes contemplar a simple vista. Sin embargo, Dios ha creado cada ser vivo y todo a partir de átomos, las pequeñas cosas.
Amados, en primer lugar, en la Palabra de Dios, pensemos en cómo Dios alimentó a Israel. En Éxodo, el decimosexto capítulo, la Biblia dice que Dios les dio el pequeño maná. Era pequeño como una helada en el suelo. Si alguna vez has vivido en un clima frío y has visto las heladas. Sabes lo pequeño y lo frágil que es. Sin embargo, Dios tomó ese pequeño maná, esa pequeña cosa que cayó día tras día y noche tras noche y, Amados, alimentó a una multitud, alimentó a una nación y los sostuvo, y satisfizo todas sus necesidades, solo con ese pequeño pan. Eso es un milagro. Eso te muestra el poder de Dios para usar cosas pequeñas. Dios no tuvo que enviar el Maná de esa manera, excepto, Amados, que nos está enseñando una lección, como dijo que toda Escritura es dada por inspiración de Dios y es útil. ¿Cuál es el beneficio aquí? El beneficio aquí es el siguiente: Dios nos está enseñando lo que puede hacer con cosas pequeñas.
Ahora, Dios es lo suficientemente grande, lo suficientemente omnipotente, lo suficientemente omnipresente, lo suficientemente omnisciente, como para hacer llover panes horneados, por miles de metros desde el cielo, si esa hubiera sido la forma en que hubiera decidido.
Entonces, ¿Cómo se habrían impresionado? Su orgullo se hubiese impresionado. ¿Le hubieran dado gloria a Dios? ¡No! Se habrían gloriado a sí mismos: Diciendo: “Ah! ¡estoy muy orgulloso que yo estoy conectado con un gran Dios!”.
No amarían a Dios por su persona o por su Ser, sino solo por sus actos y sus proezas. Dios no quiere que le amemos así. Por esto es que necesita pequeñas cosas para trabajar. Para que seamos conscientes de la Persona y no solo de las proezas. Que seamos conscientes del Dador y no conscientes del regalo.
Si algo es muy pequeño, no eres demasiado consciente del regalo. Te hace más consciente del Dador.
Del mismo modo, con Dios. Dios usó el pequeño maná para alimentar a una gran multitud de personas, a toda una nación, y finalmente llevó a esa nación a su destino final, que era la Tierra de Canaán.
Luego, en Segundo lugar, encontramos en Primera de Reyes, 19:12 que Elías, recuerden, después de haber tenido esa famosa batalla con Jezabel y sus falsos profetas en el Monte Carmelo, tenía algo de miedo de Jezabel. No tenía miedo de esos 450 profetas de Baal, pero una pequeña mujer lo puso a correr. Corrió y se escondió en una cueva y Dios allí lo encontró. Me gusta esto de Elías, que era un ser humano como tú y como yo. Es sorprendente cómo a veces, en las tormentas de la vida, podemos ser muy fuertes y valientes, luego, a veces, después de haber pasado por una batalla, estamos cansados y débiles y nos cansamos debido a nuestra humanidad. Nos encontramos con un pequeño insecto, una pequeña mosca, por así decir que viene a desequilibrarnos. Entonces, Elías se escondió en una cueva y hubo un torbellino, hubo un incendio, hubo un terremoto que ocurrió, y así sucesivamente. Pero la Biblia dice que Dios no estaba en todo eso, en todas estas obras grandes y poderosas. Él no estaba en eso. Luego vino una voz pequeña. La moraleja de la historia es que la Palabra de Dios viene de una manera pequeña. ¿Qué hizo Elías? Envolvió su cara, su cabeza en su manto para no mirar lo que hizo el viento, lo que hizo el fuego, lo que hizo el terremoto. No miraría los dones. Miraba la Voz del Dador que venía de una manera muy pequeña. Entonces fue así como comenzó a escuchar lo que Dios tenía que decirle.
Y Dios dijo: “¿Qué estás haciendo aquí, Elías?” Y dijo: “Bueno, Dios, soy el único que queda en Israel que no ha doblado su rodilla ante Baal”.
Entonces, recuerdas que Dios le informó más tarde que tenía varios miles que aún no se habían inclinado ante Baal. Sin embargo, me gusta eso de Elías. Envolvió su cara en el manto para no perderse la voz pequeña.
Amados, muchas veces estamos esperando que Dios truene desde el cielo para nosotros ver una gran Verdad de Su Palabra. A veces, aún como lo hizo con Moisés, y no entendemos que Dios trabaja en pequeñas maneras. Si tan sólo escucháramos esa pequeña voz, esa voz pequeña, en medio de todos los terremotos de la vida, en medio de todas las pruebas ardientes de la vida, en medio de todo el viento, la lluvia y la tormenta de la vida. Si tan sólo nos sintonizáramos y no pusiéramos nuestra mirada en todas esas cosas en derredor, sino que, en su lugar, escucháramos la pequeña voz de Dios, podríamos encontrar Su Palabra entrando a nuestro corazón.
Entonces, Amados, encontramos, en tercer lugar, en Deuteronomio, 32 que Dios dice que Su doctrina viene como llovizna, con pequeñas gotas. A veces, venimos ante el SEÑOR y nos encantaría que Dios simplemente nos inunde en nuestro cuarto de oración o que llegara la Palabra de Dios e hiciera que Dios suelte los aguaceros torrenciales de Luz y revelación. Pero no nos daríamos cuenta, de que Dios trabaja con las cosas pequeñas.
Dios me enseñó esto en mi vida, y sé de esas pequeñas gotas de Agua de Verdad y Vida de Su Palabra.
Si aprecias cada gota después de un tiempo, tendrás un vaso entero, por así decirlo, de agua viva que se ha revelado y avivado en tu entendimiento, iluminando los ojos de tu entendimiento abriéndolos para que puedas contemplar lo que Dios está tratando de decirte personalmente, a través de Su Palabra Divina.
Dios trabaja con llovizna, que de hecho, ese es el mejor tipo de lluvia. Solíamos decir, cuando éramos niños, que la pequeña lluvia empezaba a llegar, y decíamos: “Bueno, no está lloviendo todavía”. Pero luego cuando llega esa pequeña lluvia, sabías que iba a durar buen tiempo.
Es la pequeña lluvia que poco a poco inunda las raíces de la planta y produce nueva vida y fertilidad. No así con el fuerte aguacero; porque derriba las flores y destruye la vegetación.
Así es como Dios trabaja con cosas pequeñas.
Dios también tiene un pequeño remanente, y salvará a un pequeño remanente de Israel. Y con ese pequeño remanente del período de la Gran Tribulación, Dios construirá de nuevo un poderoso Israel, una nación poderosa en la Tierra, como Él ha prometido.
Oremos.