#111 Cómo rompemos los malos hábitos

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Es un privilegio visitarles de nuevo hoy y compartir algunos maravillosos pensamientos espirituales en la Palabra de Dios que puedan bendecir sus corazones para ser vencedores y estar listos para la pronta venida de nuestro SEÑOR y Salvador Jesucristo.

Vayamos a Isaías 59:6 para nuestros pensamientos del día. Estas son hermosas palabras:

Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos: sus obras son obras de iniquidad, y obra de rapiña está en sus manos (Isaías‬ 59:6).

Ahora, ese podría ser un verso peculiar “Y ¿Por qué es un verso hermoso?” Para mí es hermoso porque me hace saber que las prendas y hábitos no van a prevalecer a largo plazo, que Dios los va a superar a pesar de que son como telarañas para enredar y atrapar.

Los hábitos son acciones repetidas, ya sean buenas o malas. En primer lugar, son como telarañas, son pequeños hilos de seda, colocados de uno en uno, y después de un tiempo, se vuelven como cadenas de hierro y cadenas de acero y cables de acero, demasiado fuertes para que el hombre las rompa.

En primer lugar, tenemos que descubrir hoy, dentro de nosotros mismos, si queremos romper los malos hábitos. Todos tenemos hábitos que hemos establecido desde la infancia.

Hábitos de enojos, hábitos de enfado; hábitos de ser rebeldes, como actitudes diferentes en nuestras disposiciones. Simplemente no los desarrollamos hoy ni ayer. Vienen de nuestra infancia. Tenemos que decidir dentro de nosotros mismos, elegir dentro de nosotros mismos, “¿Quiero ser siempre así?”

Pues como criaturas eternas, siempre vamos a vivir en algún lugar. ¿Queremos los pensamientos que estamos pensando hoy que sean para siempre? ¿Queremos vivir con ellos así siempre?¿Y sabes que tu patrón de pensamiento puede convertirse en un hábito?

Conozco a mucha gente que tienen pensamientos negativos. Han desarrollado este patrón desde la infancia. Ya sabes, solo desafilando sus propias mentes, continuamente, menospreciándose a sí mismos y degradándose a sí mismos como si Dios hubiera cometido un error cuando Dios los creó. Sin darnos cuenta de que cada uno de nosotros es una persona especial creada por Dios para sí mismo.

Tenemos que elegir, ¿Queremos con los pensamientos que tenemos hoy toda nuestra vida, queremos vivir con los hábitos que tenemos hoy toda nuestra vida? Tus pensamientos son como pequeños arados que corren de arriba y abajo en tu alma, en tu cerebro, y establecen los surcos, por así decir, los lechos de los ríos, que se van a llenar de algo. Si nuestros pensamientos son buenos, entonces la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios llenarán esos lechos de nuestra mente. Si son malos, entonces, por supuesto, Satanás los llenará.

Pues tenemos que elegir: ¿Quiero los hábitos de mis acciones? ¿Siempre actuaré de mal genio cuando alguien se me atraviesa? ¿Siempre actúo arrogante cuando me enfrento a algo que he hecho mal? ¿Cómo actuamos hoy que son hábitos nuestros que nos gustaría haber roto? ¿Qué tal nuestros sentimientos? ¿Nos sentimos siempre mal? ¿Siempre sentimos que alguien, en particular, nos está criticando, y que nos señala con el dedo, persiguiéndonos? Algunas personas tienen estos hábitos que han desarrollado desde la infancia.

¿Y qué tal nuestra actitud, espiritualmente? Cuando entras en una prueba o lucha ¿Tienes la costumbre de pensar lo peor de Dios, como los hijos de Israel que pensaron que Dios te ha traído al desierto, por así decir, para matarlos de hambre o sed o tienes la costumbre de pensar lo mejor de Dios? Pensando, “Si; Él nos ha puesto en esta prueba, nos ha puesto aquí para que pueda crear hambre nueva de Él para que pueda crear Pan nuevo del cielo para nosotros.” ¿O creemos que lo mejor de Dios en el hecho de que, si Él nos ha traído a esta prueba y lucha, ha creado sed dentro de nosotros para que pueda darnos nuevos brotes de Agua de la Roca?

¿Cómo es tu comportamiento habitual de hoy?

Amados, lo que sea que sembremos como un acto, cosechamos como un hábito. Si sigues sembrando actos repetidos, pronto serán hábitos. Al principio, son como una pequeña seda de araña. Podrías romperlos fácilmente, si lo deseas, pero después de un tiempo, simplemente sigues sembrando acciones y vas a cosechar hábitos que después de un tiempo, son demasiado poderosos para que los rompas. Si sembramos un hábito, entonces cosecharemos un carácter. Si sembramos un carácter, entonces cosecharemos un destino.

Los hábitos de la Palabra y la Oración en el Reino Espiritual son como guarnición que nos permite arar a través de las rutinas diarias con alegría y felicidad, y que cuando hacemos que sea un hábito buscar a Dios en la Palabra y la Oración y eso se convierte en nuestra rutina diaria, entonces puedes atravesar las circunstancias más difíciles y permanecer firme, constante y verdadero. Ciertamente, nuestra carne puede sentirse mal y podemos sentirnos desanimados a veces como cualquier otra persona, pero si hemos establecido un hábito espiritual en la Palabra y la Oración, nos fortalecerá para que podamos seguir adelante con Dios.

La Palabra Revelada de Dios es como copos de nieve. Ningún copo de nieve produce un cambio notable en la faz de la Tierra, pero una avalancha puede derrocar cualquier tipo de cosa fea que esté en la faz de la Tierra. Pues así es la Palabra y la Oración. Si hacemos un hábito ir a Dios en la Palabra y la Oración, entonces poco a poco, Dios revela Su preciosa Palabra y poco a poco, encontramos que la faz de nuestra Tierra, fue cambiando de algo feo a algo hermoso.

Dios puede romper los hábitos. No hay ningún hábito demasiado difícil de romper para Jesucristo; porque venció toda la carne y todo poder del Diablo y lo clavó a Su Cruz.

Dios puede romper cualquier hábito con Su Verdad. Y estos preciosos copos de nieve de Su Verdad Humilde forman en nosotros un vestido eterno para nuestra alma. Dios puede ayudarnos a vencer nuestros hábitos confiando en Dios y en Su Palabra y confiando en Su gobierno. Y si tienes el hábito de pensar lo peor de Dios, puedes empezar a clamar a Jesucristo y poner los pies en la Verdad Eterna de que todas las cosas obran justo para bien. Y puedes empezar a romper el hábito del desánimo, la decepción, el desaliento y muchas cosas que puedes empezar a romper poniendo los pies sobre la Verdad Eterna de Dios y estar firme. Y si tienes el hábito de ser poco amable, descortés y duro o difícil cuando alguien te habla, detente en ese momento y vuelve a comenzar a mostrar bondad en lugar de dureza. Y si te dilatas en mostrar benevolencia a los demás, solo comienza rompiendo ese hábito y clama a Jesucristo en la Palabra y la Oración y pídele a Dios que te ayude a romper los hábitos que te han esclavizado desde la infancia. Y poco a poco, encontraremos a Jesucristo cambiando la faz de nuestra tierra, por así decir, con Su hermosa Nieve de la Verdad Humilde.

Inclinemos nuestro rostro en Oración.

Padre, te damos las gracias, hoy, por el pensamiento que tu Verdad es más poderosa que las falsedades, el mal y el error, y que puedes romper cualquier telaraña de hábitos. Puedes romper cualquier cadena de hábitos. Puedes liberarnos. Has dicho en tu Palabra que conoceremos la Verdad y que la Verdad nos dará libertad. Hoy te pedimos que bendigas los radio oyentes y liberes corazones de hábitos, hábitos del alma, hábitos carnales, que se han formado desde la infancia. Te rogamos, Señor, pongas en libertad a tu pueblo en el precioso y amable Nombre de Jesús. Amén.

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