Apreciamos la oportunidad y el privilegio de estar con ustedes hoy y compartir la Palabra de Dios. Compartir pensamientos y principios divinos de la Verdad, la Luz y la Vida que tienen su origen en la Palabra de Dios.
Consideremos como nuestro pensamiento del día, a la Esperanza. Porque esa es una sustancia necesaria que todos necesitamos en esta generación en la que vivimos.
Vamos al libro de Proverbios. Encontramos seis cosas hermosas que Dios dice sobre la Esperanza.
Es simplemente hermoso. Es simplemente maravilloso. Y realmente, si examinas tu propia vida, descubrirás que cuando tu Esperanza es pequeña, es cuando has descuidado el estar lo suficiente sumergido en la Palabra de Dios.
Amados, alguien dijo una vez que la miseria tiene su origen en la negligencia de las pequeñeces.
Bueno, realmente estar en la Palabra de Dios no es una pequeñez. Pues si somos miserables por la negligencia de las cosas pequeñas, ¿Cuánta más miseria tendremos cuando descuidamos lo más importante en este mundo, y eso es la Palabra de Dios?
En Proverbios 10:28 dice:
La esperanza de los justos es alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá. (Proverbios 10:28)
Eso debería darnos una pauta sobre muchas cosas. Si nuestra esperanza realmente ha tenido su origen en la Palabra de Dios, ¿Sabes por qué lo sé ? Porque habrá alegría. Él lo dice aquí. Que el fruto de los justos, la Esperanza, es la alegría. Y satisfacción; alegría y satisfacción indescriptibles.
Si hemos esperado en algo y de repente descubrimos que nuestra Esperanza llegó a su fin, nuestra Esperanza murió, y así sucesivamente, entonces eso significa que salió de la vida carnal.
Salió de nuestro propio corazón carnal. Salió de nuestra propia voluntad carnal, algo que habíamos esperado, algo que habíamos planeado, algo que habíamos anticipado. Amados, la esperanza malvada produce la muerte. La malvada esperanza produce frustración. E incluso en medio del pecado y el placer mundanos encontrarás personas que todavía no tienen esperanza ni satisfacción.
Conozco a personas hoy en día que son personas de buenos medios, personas de dinero, que lo tienen todo, pueden comprar todo, ir a todas partes, hacer todo y, sin embargo, son miserables. ¿Por qué? Porque los malvados no pueden producir ninguna esperanza justa que a su vez producirá alegría, alegría y satisfacción indescriptible. Eso solo viene del SEÑOR Jesucristo.
Vamos a pasar al capítulo 11:7
“Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza; Y la expectativa de los malos perecerá.” (Proverbios 11:7)
Aquí dice, que toda la esperanza que una persona mala puede tener es perecer en esta vida, en particular en la que vive. Del mismo modo, dentro de nosotros tenemos un corazón carnal, tenemos un corazón viejo que heredamos del primer Adán y cuando producimos esperanza de nuestra carnalidad, de nuestra propia voluntad sin Dios, y luego amados, somos los primeros en acusar a Dios cuando esperanza muere y cuando esa esperanza no ha podido cumplirse, porque no somos Dios no podemos cumplir nuestras propias esperanzas, no podemos hacer que nuestras anticipaciones se logren, entonces que inútil es crear nuestras propias esperanzas, porque no volver a la Roca, Cristo Jesús, y dejar que El nos de una esperanza eterna construida sobre la palabra, y luego amados esa esperanza nunca perecerá, nunca será decepcionada, siempre estará llena de justicia y de alegría.
De nuevo, Amados, en el capítulo trece y el versículo doce encontramos estas palabras:
“La esperanza que se prolonga, es tormento del corazón: Mas árbol de vida es el deseo cumplido.” (Proverbios 13:12)
Aquí dice, cuando se prolonga la esperanza es tormento, enferma al corazón, ¿Qué corazón? Tu corazón carnal. Tu corazón natural. Cuando tus esperanzas se frustran y se prolongan y cuando tus esperanzas se detienen en esta vida, te enfermas del corazón. Simplemente sientes que no sirve de nada volver a ponerte de pie y tal vez, si aún no lo has experimentado en esta vida, entonces eres joven y no has vivido mucho tiempo.
No tienes que vivir mucho tiempo en este mundo hasta que sepas lo que es sufrir que tus esperanzas sean frustradas y tus esperanzas se mueran ante tus propios ojos. Así que, eso hace que el corazón se enferme. Hace que el corazón languidezca y se decepcione. Escuchen Amados; Dios deja que nuestras esperanzas nos decepcionen cuando nos alimentamos de otras criaturas, por así decir, en el mundo. Nos acercamos a otras criaturas. Nos acercamos a las cosas del mundo. Colocamos nuestra esperanza, nuestra anticipación, nuestra expectativa en ellos. Porque tenemos esta esperanza en nuestro hombre carnal, entonces, cuando viene del hombre carnal, sale de la criatura.
Ahora, cuando tu justa esperanza se funda en la Palabra de Dios, entonces, Amado, esa esperanza llega hasta el Creador, a Cristo Jesús. Si puedes aprender estos dos principios, entonces aprenderás a discernir.
Si la esperanza natural se ha destruido, alabado sea Dios. Eso es porque el SEÑOR Jesucristo te ama y es fiel a cuidar de ti para tratar de quitarte tu esperanza terrenal y temporal que va al mundo y a la criatura. Él quitará eso para que pueda reemplazarlo con algo mejor, a saber, la esperanza en Su Palabra que pone tu esperanza y tu anticipación sobre Jesucristo.
Amados, nunca te falla. Nunca decepciona. Él satisface. Jesucristo satisface cada anhelo de tu corazón. Es tan maravilloso conocer a Jesucristo y tener esa esperanza.
Qué bueno es Dios, Amados, para dejar que nuestras esperanzas carnales se encuentren con el fracaso y la frustración y la decepción y muerte y aniquilación. Qué bueno es Dios para hacer eso, para que nos dé algo real. Que él pueda despertarnos al principio de la realidad.
Ves que vivimos muchas veces en un mundo de engaño, mirando a la criatura en lugar de al Creador, con la esperanza de encontrar la clase de satisfacción, la clase de alegría, la clase de gozo, la clase de amor, que en realidad solo se puede encontrar en Dios y Su Precioso Hijo, el Señor Jesucristo.
Oh, ese es un gran día, cuando abres los ojos para ver este principio de la realidad. Vivimos en un mundo engañoso, pensando que la criatura puede darnos algo. ¿Dónde heredamos eso? Del primer Adán! ¿No fue esta la experiencia de la mujer de Adán cuando la Serpiente vino a ella y le ofreció algo? La criatura le ofreció algo supuestamente mejor de lo que el Creador le había ofrecido en el jardín. Y aceptó lo que la criatura tenía para ofrecer. Ella colocó su esperanza en lo que dijo la Serpiente en lugar de lo que dijo la Divina Palabra de Verdad que Dios le había dado. Ella pues, se encontró con la frustración, la desnudez, la vergüenza, la decepción, y el desánimo.
Qué bueno es Dios al dejar que nuestra esperanza carnal y terrenal se encuentre con su muerte y su frustración para que podamos estar arraigados y fundamentados en la esperanza en Él, el Creador, el Salvador del mundo.
Oremos.